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      • Autor: SoolSan
      • Género: Hybrid!AU, fluff 
      • Palabras: 1k
      • Para Lesly <3

 

✧De atardeceres y besos.

Jongin siempre había creído que el tiempo se consumía demasiado rápido; demasiado para perder el tiempo contándolo y muy rápido para poder materializarlo en dudas.

Hubo un tiempo en que Jongin se pasaba esperando a Kyungsoo; esperaba las caricias después de las duchas tibias, esperaba los besos de la madrugada con sabor a leche chocolatada, esperaba las tardes con Kyungsoo y sus manos frías acariciando su cabello.

Pero Jongin estaba cansado de esperar. Jongin no quería ser dependiente de su dueño, mejor dicho se negaba a ser dependiente de algo o de alguien. Aunque fuera de su propiedad siempre había creído en su propia libertad. En esa libertad que Kyungsoo siempre le había propiciado pero que él, por sus ansias de cariño ha ido perdiendo de a poco.

—Nos vemos en la noche Jongin.

Kyungsoo acaricia por última vez las sensibles orejas de Jongin y le sonríe, es de esas sonrisas que llenan por completo todo el nerviosismos y angustia que domina a Jongin los días en que su dueño sale a trabajar, así que maúlla en silencio para que Kyungsoo no se preocupe por él y luego se queda mirando cómo la puerta principal del departamento se cierra.

Son sólo unas horas, piensa Jongin mientras se acurruca encima de la cama de su dueño y comienza a recordar las lindas manos de Kyungsoo acariciándole y la sensación que estas desprenden. Todo es tan cálido cuando su dueño está cerca,  es abrumadora la poca tolerancia que tiene Jongin a la soledad, es en esos momentos en que se da cuenta de lo mucho que Kyungsoo le ha brindado.

Si bien la vida que tenía con Baekhyun en la casa de Joonmyun era muy entretenida, en todo lo que había vivido nunca había sentido tanta felicidad como aquella vez que Kyungsoo llegó con una correa de color rosa para él —ya que Baekhyun le había dicho que sería una hembra su nuevo compañero— y le dijo lo bien que lo iban a pasar juntos.

Su nuevo dueño era un chico soltero mejor amigo de Joonmyun, su anterior dueño, y que andaba en busca de compañía. Según Baekhyun era un rarito antisocial que odiaba a los híbridos y a los humanos, pero Jongin jamás lo había visto así. Todo lo contrario, Kyungsoo era muy amable, le decía cosas reconfortantes cuando él no entendía muy bien a lo que se refería con algunas cosas y por sobre todo era una persona cálida.  

Las sábanas tienen un dulce olor a su dueño, Jongin mueve su cola al sentir el inconfundible perfume de Kyungsoo y luego sonríe instantáneamente cuando ve las almohadas color menta que están a la orilla de la cama. Kyungsoo siempre lo regañaba porque se apoderaba de las almohadas y se acostaba sobre ellas como si fueran todos suyas; la verdad es que Jongin sólo lo hacía para que su dueño lo reprochara, le encantaba ver el entrecejo fruncido de Kyungsoo y sus labios apretados para no maldecir en voz alta.

Las horas se compactan en recuerdos y en sensaciones cuando Jongin conmemora a Kyungsoo; cuando piensa en lo mucho que lo quiere y admira, y en lo agradecido que está de que  cuide de él. Pero el tiempo no se detiene y Jongin extraña demasiado, las horas que pasa solo en ese departamento cada vez son más duras, y día tras día Kyungsoo trabaja más horas extras en la oficina de contaduría de Joonmyun.

Sabe que no tiene por qué hacer berrinches sobre las horas de llegadas de su dueño. No hay razones, él tan sólo es un hibrido y está para hacerle compañía a Kyungsoo, su amado dueño, no tiene por qué estar celoso de Joonmyun ni mucho menos de los trabajadores que pasan su día con las sonrisas tímidas de su adorable dueño. No tiene que estar celoso de Chanyeol, el junior de la empresa que visita excesivamente a Kyungsoo a su departamento y lo acaricia incómodamente más de lo que a Jongin le gustaría.

Jongin, eres sólo una mascota.

Una mascota que quiere y ama, que tiene afecto por su dueño Do Kyungsoo y que ya no está preocupado por su libertad. Sino que busca que Kyungsoo le quite la libertad a base de mimos y caricias, de eternos Muy bien Jonginnie o de No te comas toda la comida comilón  con esas cejas gruesas fruncidas que tanto ama. Gratificantes baños tibios donde son sólo los dos, no hay Joonmyun ni Baekhyun, ni mucho menos Chanyeol; sólo son el agua tibia, Kyungsoo frotando su suave piel con jabón y él siendo consentido.

El atardecer atraviesa los cristales de la habitación de Kyungsoo y entinta todo de un naranja pálido. Es hermoso, sentencia serio Jongin mientras limpia las migajas de galletas que había dejado sobre la cama ya que Kyungsoo odia el desorden y las cosas sucias y luego va hacia la ventana en busca del horizonte repleto de un naranja nostálgico.

—Está muy bonito, no— Jongin siente como Kyungsoo acaricia sus orejas desde atrás y luego como lo abraza por la espalda. Tiembla pero intenta mantener la calma; quiere maullar y ronronear por lo cerca que está el pecho de Kyungsoo junto a su espalda, pero todo se detiene cuando Kyungsoo está cerca. —Hoy me liberaron temprano ¿quieres hacer algo Jonginnie?

—Quiero ducharme hyung. — dice un sonrojado Jongin que evita que Kyungsoo note su cola en movimiento y sus orejas excesivamente tensadas.

—Ya te duche el sábado, no seas aprovechador—farfulla el dueño mientras intenta no carcajearse por el rostro de desconsuelo de su mascota.

—E-entonces quiero… un beso.  

Jongin nunca había creído que un beso se sintiera como un atardecer soleado de fines de mayo; cálido, sumamente dulce e inspirador. Kyungsoo es como el atardecer que se camufla bajo las nubes y un poco más. Es el tiempo compactándose en labios contra labios y en suspiros que se mezclan con maullidos que Jongin está completamente seguro que son de felicidad y con un poco de vergüenza.

Kyungsoo es mejillas sonrojadas y manos posesivas alrededor de su cintura porque eres mío, sólo mío Jonginnie.