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Innocent Hill 2011

Autor: Noxbru + Gato + Noji

 

Aparezco en una ciudad medio derruida sin recordar nada de nada, así que comienzo a examinarlo todo, suelo, casas en ruinas... Avanzando un poco llego a la cancha de baloncesto de un colegio. Dentro del mismo, por los pasillos hay muchas sillas y pupitres, y debajo de uno de ellos una minillave. Recorriendo los pasillos, llego a un gimnasio en el que se acumulan las sillas y los pupitres.Uno de los muebles tenía unas gavetas, en las que encontré una pequeña llave roja escondida.

 

En un lado, hay unos baños con un gran agujero en el techo por el que parece que se han caído parte de los urinarios del piso superior. En una esquina del baño había una hoja de cuaderno en la que al parecer, un niño se extrañaba por el comportamiento de los adultos. Más adelante del gimnasio hay una clase con los restos de una pizarra y, detrás de la puerta, una pizarra más pequeña donde se podían apuntar las faltas de los chicos.

 

No había nada más en el colegio así que regresé a la cancha de baloncesto y seguí por el camino hasta la entrada de un bosque, debido al riesgo de perderme decidí regresar al punto de partida e investigar por el otro lado. De esta forma llegué hasta el aparcamiento de un centro comercial con un único carrito incrustado en una grieta. El centro comercial no parecía en muy mal estado pero su puerta estaba cerrada con una cadena atada con un candado, afortunadamente las minillaves que encontré en la escuela sirvieron para abrir el candado, así que me interné en el edificio descubriendo que su interior dejaba mucho que desear, escombro, tubos... entre los restos hallé una palanca que cogí. Los escaparates del centro comercial aparecían cerrados y con las persianas bajadas, así que salí del mismo.

 

Hacia el norte del aparcamiento había una carretera que se alejaba de la ciudad y ya que era la única salida que me quedaba me encaminé hacia el norte por ella. En un tiempo llegué a una curva con unos restos de una casa a un lado del terreno, y un árbol, del cuál colgaba un columpio que me daba escalofríos. Por lo que decidí continuar por la carretera hasta llegar a un cartel y una alambrada. El cartel parecía una señal de peligro por cargas pesadas pero no se veía muy bien. Avanzando un poco más por la carretera, llegué hasta una curva con una cruz. Al pie de la misma, en un montículo de ramas y troncos encontré una muñeca y un osito de peluche. Ya no podía avanzar más sin alejarme mucho de la ciudad, así que decidí regresar e intentar averiguar lo que guardaba el cartel de peligro. Tan solo era una vieja fábrica, aunque bien conservada. Por el suelo había troncos y bloques de madera, como las traviesas del tren, y sobre uno de ellos una brújula. Ahora podría orientarme en el bosque. Como la puerta de la fábrica estaba cerrada, decidí regresar al colegio para ir al bosque.

 

El bosque era gélido y estaba lleno de ramas y hojas por todas partes. Finalmente, llegué a una cueva en la que no veía nada, por lo que regresé de nuevo a la escuela. En mi ausencia, el pasillo hacia el sur se había caído y en una de las paredes se podía leer "Tonto el que lo lea" [venganza XD] Afortunadamente no estaba por aquí en el momento en el que se había caído... No sabiendo qué hacer regresé al parking para revisar las inmediaciones del centro comercial. Dentro del hueco para las monedas del carrito encontré una llave marrón, no sé como se me había pasado antes. Por el peso y la forma, supuse que sería la de la puerta de la fábrica, así que hacia allí me dirigí.

 

La puerta de la fábrica se abrió sin problemas y dentro me encontré con estanterías repletas de cajas con moldes de muñecas. En una de las estanterías había una nota en la que parecía que un empleado, J.K. algo, se sentía mal y tenía que ir a ver al doctor algo. Más adelante, había más muñecas, escombros del techo y una puerta trasera por la que, tras forzarla con la palanca, se salía a la parte de atrás [el canfranc]. Había un terreno delimitado por verjas, un edificio al norte y algún tipo de nave en el este. En las verjas  había distintos carteles de propaganda electoral de la gobernadora Marley.

 

El edificio del norte parecía invadido por la vegetación, pero aún se conservaba en buen estado. Dentro había un botón en una pared bajo una inscripción acerca de algo de estar condenados. Lo pulsé pero no sucedió nada. A la derecha había una habitación, puede que la del empleado de la fábrica de muñecas. Sobre la mesa parecía haber unas cuantas herramientas de medicina recientemente usadas o al menos ensangrentadas. Sobre la mesita había otra nota del mismo empleado de la fábrica acerca de que el doctor no le había hecho caso y que tenía que ver a un tal Ted. En el hueco de la gaveta de la mesita encontré una llave gris, similar a las que abren vehículos. Al otro lado del pasillo había una especie de sala médica con diversas radiografías de huesos que no parecían humanos, ¿del trabajador?. Después de comprobar que el botón no era el encargado de iluminar las radiografías de la sala médica decidí regresar a la parte trasera de la fábrica.

 

La única salida restante es hacia la nave que se alza al este. Dentro de la misma había varios autobuses, uno de ellos tapado con una lona aunque ninguno de ellos parecía especial. En el suelo encontré una llave amarilla con la que pude acceder a uno de ellos. Dentro no había nada especial, pero en un hueco del techo encontré una carta de los niños del autobús pidiendo auxilio. No pudiendo hacer nada, decidí seguir adelante internándome en el páramo. Allí se encontraba un arco de piedra y varias rocas con inscripciones. A lo lejos se distinguía una ciudad medio en ruinas y hacia ahí me encaminé. En la misma, solo se encontraba en buen estado la iglesia, con sus muros gruesos y tres ventanales iluminándola. Dentro encontré una linterna encima de la mesa, con ella podría aventurarme por la cueva. Así que después de cerciorarme de que no había nada más, tan solo inscripciones en una pared, volví al bosque.

 

Por el camino, no sé qué me impulsó a entrar de nuevo en el centro comercial, descubriendo que un escaparate había sido destrozado. Dentro solo encontré los restos de un bar en mal estado, aunque las baldosas de las paredes parecían limpias. En una de las paredes había manchas de sangre, con apariencia de ser recientes. Sobre el mostrador había un papel en blanco, ¿el mismo tipo que había encontrado en la fábrica y en la casa? Después de este descubrimiento, me encaminé hacia la cueva del bosque.

 

Con la linterna podía ver que estaba formada por numerosas columnas agrietadas en su base. En las paredes había una inscripción, algo de un camino siguiendo los pajaritos, y al final había una celda con el armazón de una cama, una mesita y un baúl cerrado. En la mesita había un papel que decía que encontraría el final en la habitación 13, o algo por el estilo. La llave roja abría el baúl y dentro encontré un diario en el que a duras penas se entendían tres frases: "La antorcha del lugar sagrado", algo de la sala 13, y que los pajaritos marcarían el camino o algo así. El lugar sagrado tenía que ser la iglesia así que hacía allí fui. En la misma, encontré una antorcha, pero estaba apagada y no parecía que tuviese nada más, por lo que decidí seguir investigando cualquier otra posible pista.

 

Regresé, movido por alguna extraña fuerza a la cruz al lado del camino, y esta vez decidí seguir investigando más allá, llegando hasta un autobús accidentado. Pude abrirlo con una de las llaves que llevaba encima y dentro, a simple vista, no encontré nada fuera de lo común. Aunque mirando en los portaequipajes encontré unos documentos acerca de unos pacientes, posiblemente niños, y su traslado de un hospital a otro. También había una nota, en la parte de atrás, de los niños acerca de un accidente y de cómo habían marcado la posición con una cruz, así que la cruz sí que marcaba un accidente, pero no una muerte como podría suponerse.

 

La mejor fuente para encontrar información acerca de niños suele ser la escuela, así que allí regresé, encontrando esta vez, entre los restos del derrumbe una redacción de un niño, que decía algo así como que su padre le había dicho que era "hermano/inmune/imán".  Al salir de la escuela me fijé en unos papeles que había diseminados encontrando uno en el que alguien se lamentaba de que no podría ver más a Ted. ¿Sería el mismo Ted que la nota del otro edificio? Me interné nuevamente en el bosque encontrando un panteón, sintiendo mucho miedo decidí huir de allí y solo se me ocurrió regresar a la iglesia. Esta vez, encontré un mecanismo detrás de la antorcha, que revelaba una salida secreta en un marco de piedra. Por allí se accedía al cementerio de la parte de atrás, un gran camposanto que parecía preparado a toda prisa y que contaba con cientos de tumbas. Entre ellas, había una que destacaba entre todas ellas, la de John. K. Lamarr. ¿J.K.L.?

 

Decidí volver con esta información al edificio al norte de la fábrica para intentar averiguar algo más. Por los pasillos llegué a una sala con el número 13, el mismo del diario. Dentro, encontré una bañera llena de sangre y...